Luis Daniel Córdova
Celta apabulló en Zagreb. Una goleada 0-3 que puede marcar el inicio del despegue del Búfalo que fue más que el cuadro de Dinamo que nunca logró descontar. Contundente victoria, que da un paso de gigante hacia la clasificación a las eliminatorias y aumenta sus posibilidades de meterse entre los ocho primeros, lo que le garantizaría un lugar en octavos de final. Ni tres minutos tardaron Iago Aspas y Pablo Durán en silenciar el Estadio Maksimir. El moañés empezó pronto a repartir juego, con un buen pase al tomiñés en su primera intervención. El Búfalo no perdió la oportunidad: control hacia dentro y latigazo a la red.
Los de Giráldez dominaron el partido en todo momento y generaron ocasiones de gol de manera constante. Solo dos minutos después del 0-1, Jones pudo firmar el segundo, pero no aprovechó la mala salida de Nevistic para batirle. Luego lo intentaron Bryan Zaragoza y Aspas, indetectables para el Dinamo, con dos disparos peligrosos. Fue el preludio del segundo tanto, obra de Sergi Domínguez en propia puerta. Bryan desequilibró por enésima vez en su costado y buscó a Pablo Durán en el área pequeña, pero el central catalán desvió el balón y el Búfalo lo empujó ya dentro de la portería.
Los célticos, hoy de rosa, no se conformaron y siguieron pisando el acelerador. El único lunar estuvo en una mala salida de balón que pudo costarle caro al Celta. Kulenovic se encontró con una pelota dentro del área y buscó el arco olívico, pero allí apareció Iván Villar para reivindicarse, ayudado del palo. Para disipar cualquier duda, Pablo Durán apareció antes del descanso para sentenciar el partido.
La segunda mitad fue un mero trámite para el Celta, que se dedicó a tener la pelota y esperar a que el cronómetro llegase cuanto antes hasta el minuto 90. Los locales, por su parte, tiraron de orgullo en busca del gol de la honra, pero Iván Villar se mostró solvente. El meta de Aldán mantuvo la portería a cero con dos buenas paradas a Gonzalo Villar y a Stojkovic.