Luis Daniel Córdova
Vinicius Júnior ha perdido efectividad apesar de sus intentos siempre de ir al frente, hacia al área rival. Ante el Leganés, otro ejemplo. Con desborde, sin tino. Si bien dejó dos regates (de tres intentos) en la media hora de la que dispuso, no supusieron peligro. Ni decidió bien en un contragolpe por precipitarse al buscar a Mbappé. Una noche en blanco, otra, para un Vinicius que se apagó en febrero. En los últimos 14 partidos, dos goles. Y venía de celebrar 14 en los 16 anteriores. En una temporada titubeante, la puntería era su salvoconducto. Pero hace tiempo que el gol no es su compañero de alegría.
Vini despidió enero con alegría. Con un doblete al Salzburgo y un zarpazo contra le Celta. Y un total de 17 dianas, 9 asistencias y 3 penales forzados en 27 encuentros. Cada 75,6 minutos participaba en un tanto. De una manera u otra. Unas cifras que, dentro de unos intangibles que le dibujaban una importancia menor a la que le llevó a ser The Best, ponían al de São Gonçalo en pos de superarse a sí mismo. De alcanzar holgadamente los 24 de la 2023-24 y mirar por primera vez a la treintena a los ojos.
Pero llegó febrero y Vinicius se divorció del gol. En este último tramo, a los dos tantos (Girona y Rayo, en Liga) suma una asistencia y ningún penal provocado. De aparecer en la fotografía del gol cada 75,6 minutos a hacerlo cada 369′. Una incidencia nada acorde al talento de un futbolista como Vini. Y una diferencia enorme que se refleja al llegar a tierra hostil: han bajado sus ocasiones creadas por partido de 2,04 a 1,71. Porque en regates prácticamente replica promedios: 2,56 completados en el arranque de 6,56 intentados, frente a 2,64 de 6,71. Y el resentimiento en ocasiones creadas tampoco es alarmante: de 2,04 a 1,71. Un Vinicius sin colmillos.
Después de un informe donde ofrecían desde Arabia por Vini Jrs 200 millones de euros por curso, durante cinco. En total, 1.000. Buscando convencer con billetes casi infinitos al 7, pendiente de renovar. Coincidencia o no, a Vini, habituado a ser el faro del Madrid, se le apagó la luz. Aunque su renovación no es cuestión de estado en estos momentos. Su contrato expira en 2027 y la oferta mareante de Arabia sigue coleando. “Vamos a fichar a Vinicius sí o sí”, llegó a prometer el fondo de inversión saudí el pasado verano a los agentes del jugador. Un sentir que no ha desaparecido. Pero en el Madrid hay calma.