Ya se ha vuelto tradición en los últimos años las investigaciones contra directivos o miembros de la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA).
En esta ocasión el Fiscal Extraordinario de la nación donde queda ubicada la sede del máximo órgano del futbol, ha abierto un proceso de investigaciones previas contra el presidente Gianni Infantino, y el Fiscal General Michael Lauber.
La investigación fue eprovocada por el caso de corrupción conocido como FIFAgate. Concretamente, por sus relaciones Michael Lauber, jefe de la oficina del Fiscal Federal. Habiéndose encontrado indicios de una presunta conducta criminal vinculada a supuestas reuniones en 2016 y 2017.
“Esto implica abuso de cargo público, ruptura del secreto oficial, asistencia a delincuentes e incitación a estos actos”, expone el supervisor AB-BA en un comunicado.
La FIFA se defiende a través de un comunicado. Con el propio presidente recordando que “la gente recuerda perfectamente en qué posición estaba la FIFA en 2015 como institución, y la importancia de la intervención judicial para restaurar la credibilidad de la organización”.
Infantino señala que, “como presidente de la FIFA, mi objetivo desde el primer día ha sido, y sigue siendo, ayudar a las autoridades en las investigaciones sobre los actos ilícitos de la FIFA en el pasado. Oficiales de la FIFA han mantenido reuniones con fiscales de otras jurisdicciones de todo el mundo para cumplir con este mismo propósito. Gracias a la cooperación de la FIFA se han emitido sentencias e impuesto condenas, especialmente en los Estados Unidos, donde hemos contribuido a condenar penalmente a más de 40 personas. Por lo tanto, sigo apoyando plenamente los procesos judiciales y la FIFA sigue dispuesta a cooperar sin reservas con las autoridades suizas”, dijo por medio de un Comunicado a la Opinión Publica, el máximo rector del fútbol.