“Mis padres siempre pensaron que el deporte nos iba a ayudar, nos iba a dar disciplina”. Pedro Pablo de Vinatea tiene toda una vida ligada a los deportes. A los 6 años incursionó en la natación y formó parte del equipo del Club de Regatas de Lima. Conoció el bádminton a los 10 y se quedó, hasta la fecha, en el deporte de raqueta que le ha dado varios laureles al Perú.
El primer contacto que tuvo con el mundo deportivo fue gracias a sus padres. Su madre siempre estuvo ligada a los deportes en su época escolar mientras que su padre comenzó a practicarlos cuando ya era adulto. A ellos, se suman los dos hermanos de Pedro Pablo, quienes llegaron a convertirse en badmintonistas profesionales, pero ahora se encuentran retirados.
“Cuando niño pasé por muchos deportes, pero me quedé en la natación y pasé a formar parte del equipo del Club de Regatas de Lima”, recuerda el limeño.
Es recién cuando cumplió 10 años, que él y su hermano conocieron el bádminton. Previamente, Pedro Pablo y su hermano se encontraban practicando otras disciplinas: natación y taekwondo, respectivamente.
Como jugador convencional estuvo hasta los 14 años. En ese periodo viajó a dos Sudamericanos, en los cuales resultó subcampeón (1998 y 1999), y a un Panamericano (2000) en donde obtuvo la medalla de plata.
La batalla más importante
En 2002, el destacado atleta dejó el deporte de raqueta porque le diagnosticaron osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso que se encuentra con mayor frecuencia en las extremidades inferiores.
“Estuve durante casi dos años en tratamiento, lo cual implicó viajar a Italia para la amputación de mi pierna derecha. Después de esto volví a Perú habiéndole ganado al cáncer. Gané la batalla”, enfatiza.
8 años
De Vinatea estuvo alejado de las canchas durante 8 años. En sus palabras esto fue debido a un tema psicológico, pues se sentía muy inseguro.
Sin embargo, durante ese periodo, vio la forma de involucrarse con el deporte, pero esta vez desde otra perspectiva.
“Mi regreso al bádminton después de vencer el cáncer fue con el arbitraje, pero no fue inmediatamente, me tomó unos años”, comenta el economista de 34 años. Pedro Pablo de Vinatea actuó como árbitro internacional entre los años 2006 y 2007.
De regreso las canchas
“Entré al arbitraje porque fue una forma de mantenerme ligado a la disciplina que había practicado desde los 10 años, pero luego me di cuenta que lo mío era dentro de las canchas”, asegura el paradeportista.
En el 2006, al rendir un examen para ser árbitro internacional se enteró que existía una disciplina llamada parabádminton.
“Cuando me lo comentaron me hablaban de lugares como Malasia y Francia, que, para mí, en ese momento, eran lugares inalcanzables, pues me encontraba estudiando Economía en la universidad”, cuenta.
Pasaron unos años y el regreso a las canchas fue inevitable. En 2010, llegó a sus oídos que se llevaría a cabo el primer Campeonato Panamericano de Parabádminton en Curitiba, Brasil. Ahora, el parabádminton ya no era tan lejano como cuando se lo comentaron en 2006.
“Ese año coincidía que estaba en el último ciclo de la universidad y decidí dejar todo. Esto implicaba dejar en stand by mi proyecto de tesis y mis prácticas preprofesionales. Pero tenía solo un mes para prepararme”, menciona.
Tal esfuerzo trajo sus recompensas: la medalla de plata en dicho campeonato en la categoría SL3 (limitación funcional en las extremidades inferiores). Para Pedro Pablo, su pasado como badmintonista convencional fue clave para poder desarrollarse como paratleta.
El primer parabadmintonista del Perú
“Empezar el parabádminton en el Perú fue algo relevante. Ahora somos cerca de 40 embajadores de esta disciplina”, recalca.
Hasta el 2014, Pedro Pablo de Vinatea era el único parabadmintonista en el Perú, que con iniciativa propia y apoyo de la Federación Peruana de Bádminton consiguió incentivar la práctica de este deporte en el país.
“Comencé el proyecto ‘Parabádminton para todos’, pues quería que las personas con discapacidad vayan a conocer el deporte. Afortunadamente, la Federación le dio continuidad”, reafirma.
A ello agrega que, gracias al apoyo del presidente de la Federación, Gonzalo Castillo, quien tiene un interés genuino por la disciplina, fueron el primer deporte que regresó a las chanchas a entrenar durante la pandemia, el 6 de junio de 2020.
Lima 2019 de Oro
En 2013, Pedro Pablo entró a formar parte de la comisión que elegiría la sede de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2019, donde Lima salió elegida.
“Desde ese momento pensé en Lima 2019 como lo más importante en mi carrera. Hubo un momento en el que pensé que también podría participar en unas Paralimpiadas, pero ese era mi objetivo número 2, lo primero era ganar en mi país”, puntualiza.
Sus logros hablan por sí solos. A la fecha, ha conseguido tres veces la presea de oro en unos juegos Panamericanos, la última fue en Lima 2019. A ello se suma que el parabadmintonista peruano se consagró en el Mundial de Bádminton 2011 con la medalla de bronce y ha sido varias veces elegido como el paratleta del año en Perú.