El ‘EMPERADOR’ ADRIANO se considera como el ‘DESPERDICIO MÁS GRANDE DEL FÚTBOL’ en diario inglés donde recordaron sus adicciones

Por Luis Daniel Córdova
MILAN, ITALY - APRIL 20: Legend Adriano Leite Ribeiro poses for a picture at FC Internazionale headquarters on April 20, 2022 in Milan, Italy. (Photo by Mattia Pistoia - Inter/Inter via Getty Images)

Luis Daniel Córdova

Para nadie es un secreto que Adriano fue uno de los jugadores brasileños que pudo llegar a alcanzar la Gloria del fútbol y mantenerse por muchos años en Europa. Sin embargo, al ex futbolista del Scratch lo ganó la noche, el alcohol, para retirarlo del fútbol. En una entrevista concedida al ‘The Players Tribune’, el ex goleador del Inter de Italia habló sin tapujos, ni mentiras de una realidad que cambió por el fallecimiento de su padre. “Bebo cada dos días… y el resto de días también. La muerte de mi padre cambió mi vida para siempre».

El ‘Emperador’ era intratable por los defensores rivales, su fuerza, su zurda potente, empuje y calidad goleadora lo hizo bautizarse así. Hasta que su vida se torció y el imperio que estaba levantando en Italia acabó formándose en Vila Cruzeiro, apartado del mundo.

¿Cómo llega una persona como yo al punto de beber casi todos los días? No me gusta dar explicaciones a los demás pero no es fácil ser una promesa que sigue en deuda. Y a mi edad, esto es aún peor”, dijo en la carta.

Para Adriano la pérdida de su padre fue clave en lo que vino después. Arropado por sus figuras materna y paterna antes de comenzar a ser futbolista en Flamengo, el exinternacional brasileño asegura que “todas las lecciones que aprendí de mi padre fueron en gestos. No teníamos conversaciones profundas… Su rectitud cotidiana y el respeto que los demás le tenían fue lo que más me impresionó”, comentó en The Players Tribune.  

A día de hoy, el problema del asesinato de su padre le sigue martirizando. Algo que torció su carrera y le hizo caer en las adicciones. “La muerte de mi padre cambió mi vida para siempre. Hasta el día de hoy, es un problema que aún no he podido resolver. Todo empezó aquí, en la comunidad que tanto me importa”, reveló.

Criado en una zona peligrosa de Brasil en la que cuenta que “si me detengo a contar a todas las personas que conozco que han fallecido de forma violenta, estaríamos aquí hablando días y días», precisó Adriano que despegó rápido en materia futbolística, llegando a Italia. Allí el brasileño ya tuvo los primeros síntomas de estar lejos de su familia, a pesar de tener grandes amigos como Seedorf. Durante las primeras navidades que pasó en Milán sólo, el ex de Flamengo se rompió tras hablar con su madre. “Estaba destrozado. Cogí una botella de vodka. No exagero, hermano. Bebí toda esa mierda solo. Me llené el culo de vodka. Lloré toda la noche. Me desmayé en el sofá porque bebí mucho y lloré. Pero eso fue todo, ¿verdad, hombre? ¿Qué podía hacer?”, reflejó.

Figuras como la de Massimo Moratti (con el que afirma haber llorado en su hombro) o José Mourinho (esforzándose para convencerle y recuperar su mejor versión) fueron importantes para tratar de reconducir su carrera… Y su vida. No obstante, a pesar del tamaño de la ciudad en la que vivía Adriano se encontró atrapado en una espiral de adicciones a las drogas y el alcohol que le hicieron ‘huir’.

“Cuando ‘escapé’ del Inter y salí de Italia, vine a esconderme aquí (Vila Cruzeiro, un lugar en el que ve a su padre en todos los callejones). Nadie me encontró. No hay manera. Regla número uno de la favela: mantén la boca cerrada. ¿Crees que alguien me delataría? Aquí no hay ratas, hermano. La prensa italiana se volvió loca. La policía de Río incluso llevó a cabo una operación para “rescatarme”. Dijeron que me habían secuestrado. Estás bromeando, ¿verdad? Imagínate que alguien me va a hacer algún daño aquí… a mí, un niño de la favela”, señaló en TPT.

Por último, el ex jugador de la Selección de Brasil en la Copa América 2004 dejó un mensaje que saliódel alma. “El mayor desperdicio del fútbol: yo… Me gusta esa palabra, desperdicio. No solo por cómo suena, sino porque estoy obsesionado con desperdiciar mi vida. Estoy bien así, en un desperdicio frenético. Disfruto de este estigma”, finalizó el brasileño en lo que es su historia.