Luis Daniel Córdova
La crisis de resultados golpea duro al City. Es que un partido ganado de trece jugados te resigna a pelear la Premier League. El Manchester de Pep Guardiola no pudo ganarle al Everton. Fue 1-1 y encima con un penal errado por Erling Haaland, que pudo darle el triunfo para desaparecer los fantasmas del fracaso.
No hay manera. En Boxing Day desaprovechó un regalo de Mykolenko en forma de penal. Pickford detuvo la pena máxima a Haaland, y fue entonces cuando los celestes bajaron los brazos. Perdieron su ímpetu, condenado a la frustración. No reaccionan los de Guardiola, que hace tres semanas que no ganan. El empate frena una racha de tres derrotas seguidas, pero sigue alejando a los de Guardiola de cualquier opción de revalidar el título.
Empezó con todo el City. Directo y contundente. Gvardiol pudo abrir el marcador ya en el tercer minuto de juego, pero cuando remató el centro de Foden, el poste se remeció. Encontró motivos para la esperanza el cuadro local, y siguió buscando un tanto que llegó diez minutos más tarde. Bernardo Silva conectó con un balón al espacio, en el vértice del área pequeña. Su disparo dio en un defensor, dificultando la tarea a Pickford, que no pudo evitar el 1-0. Los celestes levantaron el pie del acelerador poco después, sabiéndose en ventaja y controlando el partido. Bernardo Silva debió ampliar la ventaja local superada la media hora de juego. Disparó de primeras tras un nuevo balón al espacio, pero su tiro con el exterior salió desviado.
Cuando el City volvía a imponer su control fue el Everton quien golpeó, quien sorprendió. Akanji quiso despejar un balón a su área, pero terminó desviándolo hacia Ndiaye, cuyo disparo con el exterior sí encontró portería. Empate y nervios. Quiso rehacerse el cuadro de Guardiola, pero los de Dyche se encerraron atrás. Taparon espacios y frustraron a su rival. También tras la reanudación. A la vuelta de vestuarios, el City quiso enmendar la situación. Con cierta prisa. A la carga, metiendo al Everton atrás. Pickford sacó una volea de Savinho en el minuto 49, y aunque Kovacic cazó el rebote, su disparo salió junto al poste. Ligeramente desviado.
Un minuto más tarde, Mykolenko llegó tarde, y Savinho temprano. El ucraniano metió la pierna y derribó al brasileño en el área. Un regalo en Boxing Day. El Etihad coreó el nombre de Haaland, que tuvo la mejor oportunidad de marcar un gol tres semanas más tarde. Pero falló. Pickford adivinó las intenciones del noruego, que mandó la pelota a la red después de que Gvardiol se hiciese con el balón suelto. El noruego, sin embargo, estaba en fuera de juego. Se vino abajo los citizens. Frustrados, cabizbajos. No hay cómo cambiar este momento crítico, penoso, con muchas dudas que aciertos.