UNITED y CITY jugaron el DERBI más PÁLIDO de la historia de la PREMIER LEAGUE. IGUALDAD SIN GOLES para perjudicar a DOS equipos con OBJETIVOS diferentes

Por Luis Daniel Córdova

Luis Daniel Córdova

Se paralizó la ciudad de Manchester para vivir un nuevo derbi. Old Trafford estuvo soleado y el United City evidenciaron sus males.

Faltó creatividad, faltó brillo y faltó urgencia. Goles que es lo más importante en el fútbol. Dos equipos sin ideas que acumularon medias ocasiones, intentos que jamás amenazaron con virar el rumbo del partido. Fue el derbi de los bostezos. Nada por aquí, nada por allá. Como buscando no perder y teniendo temor de atacar o que te contraataquen. 0-0 y muchas dudas, que certezas.

Y eso que Garnacho hizo que la grada rugiese en el primer minuto de juego. Una arrancada suya terminó con el argentino siendo derribado en la media luna. Anticipación máxima, y decepción absoluta. Fernandes estrelló el balón contra la barrera, toda una declaración de intenciones. Un claro aviso de lo que estaría por llegar. Nada.

El City, pese a la necesidad de sumar para aprovechar el traspiés del Chelsea y encarrilar su clasificación para la próxima Liga de Campeones, tiró de calma para apaciguar el ánimo local. Pero se pasó. Garnacho gozó de otra oportunidad en el minuto 20. En buena posición, y con un buen balón servido por Dalot. Pero con una finalización pésima. Se lió. Trató de cabecear un balón que terminó dándole en las rodillas. Frustrante cuanto menos.

Un solo disparo realizó De Bruyne desde el vértice, ya como último recurso. Los despropósitos se sucedieron también en la segunda mitad. La acumulación de errores fue excesiva. También las pérdidas de balón. Como dos enamorados a los que les da palo ser el primero en colgar. No, tú. No, tú. Se repartieron los puntos en un derbi, que quedará en la historia como el más pálido e insípido de todos.