Luis Daniel Córdova
La Selección de España le ganó a Dinamarca, uno de los duros encuentros que tenía en la Nations League. La Furia Roja se llevó tres puntos gracias a un derechazo de Zubimendi, otro goleador inesperado. Fue 1-0 porque Dinamarca llegó con la misión de revolver y ser una piedra en el zapato de los españoles y casi lo logra. La oleada de ausencias de algunos jugadores se notó en la maquinaria española, pero los equipos campeones siempre tendrán un plus extra para ganar.
Sin Rodri, sin Carvajal; sin Nico, sin Le Normand, sin Dani Olmo, el hombre sorpresa, o sin Unai Simón, el león de la meta, era imposible esperar la mejor foto de España. A De la Fuente se le ha roto el dominó a trozos.
Sin ellos, con los que España ya jugaba con una venda en los ojos, costó encontrar el volante. En esas curvas siempre aparece Lamine Yamal, una de esas balas que siempre quieres tener en tu equipo. Lo mejor de España llevaba la marca del nuevo número 10, que perdonó el gol en la última jugada de la primera mitad cuando se coló ante Schmeichel con un remate que se marchó alto.
Dinamarca llegó a Murcia a sostener, defender, cerrar espacios y malograr la noche. En esta generación no hay rastro del ADN de Laudrup, algo que se suple con entrega y compromiso. El cuadro danés, pegajoso, no dejaba pensar y combinar a España.
Y cuando el partido se encaminaba a la paridad sin goles. De la Fuente dio entrada a Álex Baena y Merino, un héroe, por Oyarzabal y Pedri. Con cuatro centrocampistas y nuevas botellas de oxígeno el partido pasó a jugarse en 40 metros, cerca de la nuez de Schmeichel.
A los 79′ un derechazo de Zubimendi desde fuera del área que se coló por debajo del brazo de Schmeichel en su único fallo. Un golazo para que España sea primera de su grupo con 7 puntos, que hacen olvidar el magro empate con Serbia en el inicio de la Nations League.