10 hipopótamos propiedad del narcotraficante colombiano Pablo Escobar serán trasladados a México

Los 10 hipopótamos que pertenecían al famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar, serán trasladados al Santuario Ostok, un centro de rescate de animales ubicado en Sinaloa, México.
Por Redacción Infozport
Pablo Escobar

Los 10 hipopótamos que pertenecían al famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar, serán trasladados al Santuario Ostok, un centro de rescate de animales ubicado en Sinaloa, México.

Según medios locales, se espera que los animales lleguen a su nuevo hogar en abril, después de que las autoridades de México y Colombia acordaran los protocolos necesarios para el traslado.

El director del santuario, Ernesto Zazueta, viajará a Colombia en los próximos días para comenzar a coordinar la logística del traslado, completar los trámites necesarios y obtener los contenedores adecuados para transportar a los hipopótamos.

Según reporta el periódico Excélsior, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) acordaron en febrero las certificaciones necesarias para el traslado de los animales.

Según lo confirmado por las autoridades del Senasica, no habrá obstáculos para el traslado de los hipopótamos a México siempre y cuando se demuestre que los animales han sido criados en cautiverio durante toda su vida, gocen de buena salud y se encuentren debidamente identificados.

¿Cómo llegó Pablo Escobar a tener hipopótamos?

Científicos colombianos han reiterado su preocupación acerca de los «hipopótamos de la cocaína», una especie que perteneció al narcotraficante Pablo Escobar y que representa una amenaza para el medio ambiente. En 1981, Escobar introdujo ilegalmente tres machos y una hembra de esta especie en su hacienda Nápoles en Antioquia, Colombia.

Tras su muerte en 1993, el Gobierno tomó el control de su propiedad, pero no se encargó de los hipopótamos, lo que llevó a una población actual estimada en entre 80 y 100 animales.

Debido a la falta de depredadores naturales y a un clima favorable, los científicos temen que este número pueda crecer a casi 1.500 para 2040, lo que podría tener consecuencias ambientales irreversibles y ser demasiado grande para ser controlado.