Técnico argentino GOROSITO es el artífice que ALIANZA logre PUNTO VALIOSO en el MORUMBÍ con VALENTÍA, FÚTBOL y PERSONALIDAD.

Por Luis Daniel Córdova

Luis Daniel Córdova

Le tiraron piedras, lo criticaron y humillaron antes de verlo trabajar. Incluso se “prestaron” para el fusilamiento con el colega argentino Azzaro, dándole ventana abierta para el disparo final y sin conocerlo. Sin tratarlo o verlo en acción al buen Pipo. Sin embargo, yo me pregunto. Cómo les quedó el ojo?. Qué dirán ahora?. Cómo les estará remordiendo la lengua, la bronca y el alma, para explicarle al hincha blanquiazul que todo es lo contrario. Que se equivocaron de cabo a rabo, o que fueron “comprados”. Que fea palta.

Néstor Raúl Gorosito ya les tapó la boca y demostró en menos de cinco meses, que es el técnico idóneo para Alianza. Un ganador. Quizás no le alcance para llegar a la final de Copa Libertadores o ser campeón nacional. Pero está haciendo historia y cambiando las tristezas por alegrías de este equipo blanquiazul, a base de trabajo. Pipo ha hecho de Alianza Lima, un cuadro valiente y con mucha personalidad, le cambió el chips a los íntimos en materia internacional. Lo hizo volver a ser grande. A no humillarse, ni achicarse. A pelear y mostrar los colmillos a la hora de jugar. A morir con los chimpunes puestos.

La reacción en el Morumbí es la de un equipo blanquiazul que no se entrega fácilmente, que tiene hambre de gloria, que con entrega, fútbol y temperamento sacó un punto de oro ante el encopetado São Paulo.

Si bien es cierto, el Tricolor paulista no pasa por buen momento, no deja de ser un grande de Brasil y siempre será favorito en cualquier cancha. Sin embargo, enfrentó a un Alianza parchado, con ausencias importantes pero decidido a no entregarse, a no perder, apesar del 2-0 en menos de cinco minutos en el primer tiempo.

Sin embargo, en el complemento todo cambió para Alianza, que se hizo fuerte con la actitud y garra de Erick Noriega, los huevos en marca de Jesús Castillo, la experiencia y juego de Fernando Gaibor, el toque de Pablo Lavandeira y el vértigo de Eric Castillo para descontar tras triangulación perfecta. Un golazo por la gestación de la jugada y la definición exacta.

Después del 2-1, Alianza confió en si mismo, en sus posibilidades y fortalezas. No se agazapó y salió a la heorica, consiguiendo la paridad con un GOLAZO de Kevin Quevedo. Tremenda “chalaca” que ya da la vuelta al mundo. Por eso Gorosito festeja, por eso se abraza con su comando técnico, porque sabe que a base de trabajo, actitud y entrega todo es posible. Y eso tiene su equipo, este Alianza Lima, que hace hablar al mundo.