Luis Daniel Córdova
El PSG de Luis Enrique ha recrudecido su superioridad en el fútbol francés, siendo un equipo imbatible a todos los niveles y provocando pesadillas a todos los rivales. Los de Luis Enrique barrieron al Saint-Étienne, 1-6, igualando el récord de partidos sin perder fuera de casa del Milan en liga, 38, y superando su récord de triunfos consecutivos fuera de casa, 12, una estadística que trasluce a la perfección el sobresaliente trabajo que está realizando el asturiano, máxime sin Mbappé.
Se vio sorprendido, eso sí, el PSG por un combativo Saint-Étienne. Los primeros 15 minutos se jugaron en el área de los parisinos, una anomalía teniendo en cuenta la holgada superioridad que tiene en el fútbol francés. Con una presión infernal y con un ritmo muy alto con balón, Les Verts encontraron su premio muy pronto.
Fue por medio de Stassin, delantero de muchos quilates, un atacante que se mueve continuamente en el área. Tras un centro lateral, el belga se impuso a Pacho y batió a Sáfonov. El 1-0, merecido, no terminó de digerirlo el PSG, que en ningún momento controló el primer tiempo.
Pero el líder de la Ligue 1, sobre todo con Luis Enrique, sabe desenvolverse con destreza incluso en los peores escenarios. Porque, cuando ya asomaba el descanso, un penal absurdo de Tardieu sobre Gonçalo Ramos propició el empate, firmado por el portugués desde los once metros. A pesar del 1-1, el Saint-Étienne pudo, en el último minuto, volver a ponerse por delante, pero esta vez Sáfonov se impuso a Stassin, ingenuo en un mano a mano con el ruso.
El PSG salió en tromba del túnel de vestuarios y el partido terminó en el minuto 50. Kvaratskhelia aprovechó el enésimo error infantil de la defensa rival para, tras un recorte sutil sobre Nadé, el responsable del contragolpe con un pase inocente hacia atrás, marcar a placer. Y, por si fuera poco, Doué, un prodigio con el balón que ya es una realidad, hizo el 1-3 inmediatamente después.
El PSG no tuvo piedad del Saint-Étienne. El cuarto, firmado por Joao Neves, fue la crónica de una muerte anunciada. La defensa de los de Horneland entró en pánico. Doué volvió a traslucir su gigantesco potencial, rompiendo a su marca y marcando un golazo extraordinario. Y, al final, en otro contragolpe letal, porque no hay quién frene a este equipo, Mbaye, a pase de Barcola, cerró una goleada de escándalo que catapultó a un PSG de récord.