Luis Daniel Córdova
Digno campeón de la Supercopa este Milan de Sergio Conceiçao que logró su primer título en este 2025. La hazaña rossoneri se dio tras remontar a la Juve en semifinales y repitió en la final levantando un 2-0 a favor del Inter con una segunda parte memorable. El gol de Abraham, en el minuto 93, dio el título a un Milan que afronta un 2025 cargado de optimismo. Así es la magia de la Navidad.
Nadie hubiera imaginado tal desenlace en la noche de Riyad. El partido había estado equilibrado durante un primer tiempo discreto de ambos. El derbi della Madonnina era el derbi del respeto y el miedo a perder hasta que Lautaro Martínez agarró un balón en el área justo antes del descanso. Encontró el espacio y el momento justo el argentino para batir a Maignan y aclarar la final para el Inter.
El golpe fue duro y ni siquiera el descanso evitó que el Milan saliera aturdido al complemento. Solo así se explica que un balón frontal en largo se convirtiese en una sencilla asistencia para Taremi a los tres minutos. El 2-0, por plantilla y jerarquía en el momento que vive el fútbol italiano, parecía un muro insalvable para los de Conceiçao.
El momento clave de esta final fue la entrada de Rafa Leao. La verticalidad de la estrella del Milan zarandeó al Inter hasta dejarlo noqueado. El partido se volvió de ida y vuelta, el Inter pudo liquidarlo en una contra. Pero Pulisic puso patas arriba la final con el tanto del empate.
Se firmaban los penales en los últimos minutos pero carrera al espacio de Leao, otro chispazo de Pulisic en forma de pase por dentro y el oportunismo de Abraham para estar en el lugar indicado hicieron el resto. Era el minuto 93 y el Milan firmaba una remontada que tardará tiempo en olvidarse. Necesitado el conjunto rossonero abrió este 2025 con un título bajo el brazo y con la sensación de que, bajo el mando de Conceiçao, todo es posible.