MANCHESTER UNITED hizo el PAPELÓN al igualar en OLD TRAFFORD con el colero de la PREMIER LEAGUE

Por Luis Daniel Córdova

Luis Daniel Córdova

Manchester United terminó el año con una carencia futbolística lamentable. Impredecible a lo largo del año, un cuadro timorato que parecía que se llevaba de encuentro al colista, pero terminó regalando dos puntos en su propia casa. Fue 1-1 ante Wolves. Ambos equipos jugaron a ver quién era más malo. Y empataron.

United con varias de sus estrellas en la grada.  Wolves empezó a acumular posesión y a merodear el área de Lammens. Que pudiesen rascar algo en su visita a Old Trafford dejaba de parecer algo descabellado. Hasta que en una de esas llegó el primer gol del partido. Heaven, uno de los pocos que parecía tener sangre, robó en campo contrario y salió directo hacia la frontal. Con algo de suerte. Aunque no tanta como la que tuvo Zirkzee. El holandés se hizo con el balón cuando lo perdió su compañero, y su disparo dio en un defensor para dejar vendido a Sá. El meta se tiró hacia un lado, y el balón se fue hacia el otro.

Ni con el 1-0 se decidió a dar un paso adelante el United. Siguió el letargo. Y el Wolves volvió a asomarse, casi obligado ante la pasividad del equipo local. Lammens evitó el empate en una doble ocasión en el minuto 40, y poco después, justo antes del descanso, llegó el empate. Contra pronóstico, aunque para nada por sorpresa. Zirkzee trató de despejar un córner rival, pero solo prolongó el balón hasta el segundo palo, donde apareció Krejci. Su cabezazo hizo inútil la estirada de Lammens. Y empató el partido.

Más intención mostró el United en el inicio de la segunda mitad.  Casemiro picó la pelota en el minuto 52. Con el exterior, por encima de la defensa rival, dejando solo a Sesko junto al punto de penal. Sin embargo, el cabezazo del esloveno no creo ningún problema a Sá. El portugués salió al rescate de los suyos en la mejor oportunidad del segundo tiempo. Obviamente, una ocasión generada de forma involuntaria. Mosquera quiso retrasar el esférico con un cabezazo que supero a , que tuvo que correr hacia atrás para sacar el balón sobre la línea cuando Old Trafford ya celebraba un gol que no lo fue.

Aumentó la frustración. Por la falta de oportunidades. Krejci estuvo cerca de marcar su segundo gol después de que un balón a la olla le llegase inesperadamente. Ganó la partida a Heaven y disparó desde la frontal del área, aunque lo tapó bien Lammens, que luego recibió una patada cuando Mosquera trató de hacerse con el rechace.

Old Trafford lamentó la entrada de Yoro en el minuto 75. La hinchada local mostró sus dudas sobre la capacidad del central para cambiar la dinámica. Sin chispa ni ideas. Quien cantó al final fue la hinchada de Wolverhampton, que vio cómo los suyos lograban el tercer punto de su campaña. Cualquier migaja es alimento en la casa del pobre.