LIVERPOOL le ganó con AUTORIDAD al frágil REAL MADRID que desperdició UN PENAL con MBAPPÉ y terminó con números en ROJO

Por Luis Daniel Córdova

Luis Daniel Córdova

No habia que ser mandrake para pensar que iba ser una odisea. Que sin Vinicius Júnior y otros lesionados de su primer equipo Real Madrid, podia arrancar algo de Anfield. Era durísimo. Si hasta el propio Carlo Ancelotti lo dijo en la previa y Liverpool no le perdonó ninguna. Si bien, fue un primer tiempo de estudio, con 0-0 parcial, el segundo fue la diferencia hecha fútbol, con gol del argentino Mac Allister y Gakpo. Para colmo, Kylián Mbappé perdió un penal que pudo ser la paridad en el 1-1 y hasta Mohamed Salah, perdió desde los doce pasos.

Cinco partidos, tres derrotas. Esos son los números rojos del Madrid en esta Champions, tantas veces salvavidas del equipo, tras verse abatido en Anfield. El pinchazo quedará asociado a la figura de Kylian Mbappé, llamado a rescatar a un equipo que tiene a media plantilla en fuera de juego y que anduvo torpón, desangelado y, a ratos, desaparecido. Errar el penal que pudo echarle un cable al equipo retrató lo que están siendo sus primeros pasos en el Madrid. Está a cero en los partidos grandes y esta vez no hay disculpa: tuvo toda la banda y toda la jerarquía. Tampoco fue muy grata la compañía: impreciso Brahim, intrascendente Güler, transparente Mendy, mala defensa tras el descanso. Con un solo tiro al arco rival y con el equipo vigesimocuarto, en la frontera de la eliminación, todo de cabeza.

El parte médico solo le dejó elegir a Ancelotti entre Fran García y Mendy en el lateral izquierdo y entre Arda Güler y Ceballos en el centro del campo, y se quedó en el punto medio: el defensa más pesimista y el medio más optimista. Camavinga y Modric para sujetar al equipo, Güler y Bellingham para lanzar a Brahim y Mbappé. El francés ya entró con mal pie. Una pérdida suya por distracción acabó con Darwin Núñez frente a Courtois. Asencio evitó sobre la línea de gol, tras el rechace del belga, un desastre que él mismo pudo provocar con un toque tan involuntario como suicida.

Kelleher detuvo así el penalti lanzado por Mbappé.
Kelleher detuvo así el penal lanzado por Mbappé. OLI SCARFFAFP

El Liverpool se puso pesado con la presión, dejó sin aire y sin salida al equipo blanco y acabó encontrando el gol que merecía. Bastó una pared sencilla Mac Allister-Bradley que acabó un remate cruzado del argentino ya en el corazón del área. Antes había avisado el propio Bradley. Después, volvió a perdonar Mac Allister. La cadena de desdichas creció con la lesión muscular de Camavinga, hasta entonces el mejor centrocampista del equipo.

Ancelotti aprovechó el percance para reestructurar el equipo. La entrada de Lucas devolvió a Valverde al centro del campo y llegó Ceballos para restarle poder al centro del campo red. Y sin merecerlo, el partido le dio una oportunidad al Madrid. Un pisotón flagrante de Robertson a Lucas Vázquez acabó en un penal que el atormentado Mbappé lanzó mal. El disparo fue rechazado por Kelleher. Leña al fuego.

Mohamed Salah perdió también su pena máxima que cometió sobre él Mendy. Sin embargo, el Madrid ya aceleraba hacia la perdición. Y allí se encontró tras el segundo gol, un cabezazo del Gakpo. El Liverpool se dio por satisfecho.