Luis Daniel Córdova
Casi, casi lo pierde, jugando con diez desde el minuto 17. Heróico o no, Liverpool se salvó de repetir una derrota después de dos meses. Los Reds rescataron un punto clave porque la temprana expulsión de Robertson influyó mucho y en el remate, Jota rescató un punto de oro y evitó la desazón de morder el polvo de la derrota.
Fulham fue un digno rival que amenazó con silenciar Anfield. Pereira se abalanzó sobre el segundo poste para rematar un centro pasado de Wilson que parecía perderse. Apenas se habían jugado once minutos cuando los londinenses abrieron el marcador, y cinco minutos más tarde, el partido se le puso más intenso.
Fue Pereira quien buscó a Wilson con un balón en largo que Robertson interceptó. Torpemente. Se le escapó al defensor escocés, que derribó a su rival cuando Wilson encaraba solo a Alisson. La expulsión dejó trastocado a un Liverpool al que le costó rehacerse del tanto inicial. De igual modo que al encuentro le costó encontrar ritmo debido a las sucesivas faltas en el centro del campo. El Fulham estaba cómodo.
Liverpool empezó a controlar el juego en el complemento. Necesitó dos minutos de dominio para empatar. A través de Gakpo, que se lanzó en plancha en el segundo poste para cabecear un centro de Salah. El egipcio alcanzó así el centenar de asistencias con la camiseta roja. Un aguerrido Fulham no acusó el golpe, y recuperó su ventaja solo ocho minutos más tarde. Iwobi encontró espacio por la izquierda y Robinson llegó a línea de fondo, sacó un pase de la muerte que Muniz aprovechó para silenciar Anfield. Un estadio que vio cómo los suyos querían y no podían. Hasta que Jota, en el minuto 86, recibió de Núñez en el área. Controló el portugués, marcó y la grada rugió. Los nueve minutos de añadido animó a los de Slot a confirmar la remontada, pero su esfuerzo no volvió a tener recompensa. Fue paridad, en un duelo complicado para Liverpool, porque jugó por muchos pasajes del compromiso con diez jugadores.