Luis Daniel Córdova
Karim Benzema mantiene el pulso con Al Hilal en lo alto de la Liga Saudí. El francés y su Al Ittihad no fallaron en su primer día de persecución al líder, un Al Hilal que había ofrecido muestra de recuperar su poderío con la mayor goleada de la Saudi Pro League. Si Los Tigres no pudieron con uno de los candidatos al descenso, la réplica de los de Riad tras ser eliminados por el equipo del exmadridista de la Copa del Rey saudí, la King´s Cup, fue un escándaloso 9-0 ante Al Fateh, la goleada más abultada que se han visto en los 49 años de vida del campeonato asiático. Un aviso a navegantes y un reto que aceptó Benzema.
El característico dedo al cielo del francés con la que celebra sus goles se alzó de nuevo para guiar a los suyos a una victoria de obligado decreto. Para ello volvió a contar con la inestimable ayuda de Steven Bergwijn, su reciente socio de honor ante la falta de protagonismo de un Aouar perdido entre el atasco en las inmediaciones del área de Al Raed. Mediado el ecuador de la primera parte, el holandés burló a su doble marca para que Benzema cazara al vuelo su envío al segundo palo y lo depositara en la red. Su diana número 13. Pero no solo desprecintó el marcador en una primera parte con más orden que fútbol, también dibujó el boceto del segundo en un alarde de generosidad defensiva. El Balón de Oro de hace dos años robó en campo propio y cedió a Bergwijn en un dos vs. tres para acabar despejándole el camino con el efecto arrastre de su desmarque. El ex del Ajax, como si fuera fácil, alojó el balón con la derecha en la esquina de la portería rival con un disparo certero.
Una contribución decisiva más tras haber propiciado el empate del último partido. El francés, por su parte, logró desquitarse como líder espiritual de la gris actuación individual y colectiva de su equipo el pasado sábado, donde falló su cuarto penalti de los seis que ha lanzado desde que llegó a Arabia Saudí. Los machos alfa de Los Tigres -un gol y una asistencia para ambos- conformaron así la coalición de una victoria vital, no sin su dosis de sufrimiento, adornada por los goles finales de Al Oboud y Aouar para que el conjunto de Laurent Blanc se mantenga al rebufo de un Al Hilal que parece haber vuelto a sacar el rodillo.
Colíder, igualado a 40 puntos con los Koulibaly, Bono, Mitrovic, Malcom o Cancelo, favorecidos por su mejor diferencia de goles, ese estelar duelo del próximo 22 de febrero se presenta como la gran final de un campeonato saudí convertido en una carrera de fondo entre ambos y en el que, por cierto, no estará Neymar, cuyos meses finales en el conjunto de Riad se reducirán a la Champions League asiática.