De vender helados en carretilla a ser la figura en el debut de Brasil | Richarlison de Andrade creció en condiciones completamente desfavorables durante su niñez. El actual delantero de Everton y la selección de Brasil tuvo una dura infancia: vendió helados en las favelas, trabajó en el campo y casi deja el fútbol.
La infancia difícil de Richarlison
Desde muy niño tuvo que enfrentarse a una vida dura, por lo que valoraba y agradecía lo poco que le daban sus padres. Además, tuvo que luchar, esforzarse y trabajar el triple que otros niños de su edad para conseguir hacer realidad sus sueños.
«Mi infancia fue muy pobre. Desde pequeño veía a mis padres trabajando todo el día y todos los meses era difícil tener suficiente dinero para llegar al mínimo. Entonces, trabajé desde chico vendiendo golosinas, helados o café para ayudar en casa y trabajaba en el campo para ayudar a mis padres«, contó el futbolista en una antigua entrevista con el diario As sobre cómo vivía de niño.
La llegada de Richarlison al fútbol profesional
Pasaban los años y, a pesar que el actual delantero de la selección mostraba muchas cualidades para el fúbol, era goleador y marcaba una gran diferencia entre los de su edad, se chocó con un obstáculo para dar alcanzar su meta. Y es que le negaban la oportunidad de crecer.
«No me alcanzan los dedos de las dos manos para contar el número de clubes que me han rechazado. Estuve a punto de dejar el fútbol, pero levanté la cabeza y me fui a Belo Horizonte, solo con el dinero del pasaje de ida para la última prueba que tenía, en el América MG. Si no pasaba, no tenía dinero para volver a Espíritu Santo, a 600 kilómetros de ahí. Di la vida aquella mañana y aprobé. Si hubiera desistido después del primer no, no hubiera llegado donde estoy«, añadió en la entrevista con As.
El delantero se presentó al mundo en el 2015 en la Segunda División de Brasil, defendiendo los colores del América MG. Para el año 2016 se pasó a Fluminense y ya en 2017 se lo llevó Watford de la Premier League. Su desarrollo profesional continuó un año después, cuando en 2018 se convirtió en la compra más cara de la historia de Everton, a cambio de 45 millones de euros. En su debut como titular en la Canarinha logró marcar 2 goles.