Luis Daniel Córdova / Enviado Especial Estados Unidos
Benfica goleó al Auckland con soberbia actuación de Ángel Di María. Una goleada de 6-0 que lo deja cerca de la clasificación a la espera del último compromiso con Bayern Múnich.
La victoria del cuadro portugués deja un sabor agridulce pese al doblete de Di María. Es que el agarrón entre Kokcu y Bruno Lage, técnico de las ‘Águilas’, marcó para mal el encuentro. Álvaro Carreras volvió a ‘borrarse’ de otro partido.
Benfica tenía que ganar, era vital para seguir con vida. Los extremos destacaron por encima del resto. Mientras Aktürkoğlu actuaba las veces de segundo punta para dejarle el carril zurdo a Carreras -sin dar señales de vida-, por la derecha Ángel Di María se divertía con sus diabluras. Sirvió una asistencia cantada que Pavlidis no supo aprovechar.
Las ‘Águilas’, más que jugar, deambulaba por el campo. Dominaban, pero no eran incisivos. Sea por el calor o directamente por las ganas, el Benfica no era el Benfica. La reválida de Carreras fue más un show de Di María. Solo había un problema, Garrow era imbatible. Al filo del descanso, el ‘Fideo’ rompió el muro. Pase fino al espacio para que Prestiani cayera en el área. El propio Di María finiquitó con maestría desde el punto fatídico.
En el complemento, Pavlidis puso el segundo a los 54. Nueve minutos después Sánchez puso el 3-0 tras servicio de Otamendi. Luego vino el doblete de Barreiro a los 76 y 78 para ampliar el marcador. Finalmente, Ángel Di María puso su sello y la media docena de penal a los 97 minutos de juego.
Pero el gol quedó en segundo plano poco después. Kokcu recriminó de mala manera a Bruno Lage su cambio. La tensión traspasaba la pantalla, casi se palpaba. El gol de Renato Sánches, no apaciguó la ira del técnico, todo lo contrario. Se dirigió al turco para darle la réplica. Respuesta: una rabia incontrolable y amago de marcharse rumbo al vestuario. El sentimiento en Orlando era casi unánime. Lo que debería haber sido una fiesta, parecía más un funeral.