Luis Daniel Córdova
En United el ambiente no es el mismo, no está tranquilo. Es que el técnico Rúben Amorim sacó el sable para cortar algunas cabezas que para él no le aportan. Según indica The Athletic, obliga a Garnacho, Antony, Rashford, Sancho y Malacia a entrenarse al margen del resto de los miembros de la plantilla. Los tiene apartados y les cita en las instalaciones de Carrington en horas distintas que al resto de los jugadores red devils. A partir de las cinco de la tarde. Un claro mensaje de que no cuenta con ellos.
Si en el mes de junio, las expectativas sobre las ventas de varios jugadores estaban a la orden del día, hoy parece que va a ser más complicado. Tanto por interesados como por precio y salarios, a día de hoy solo Jadon Sancho tiene un futuro casi asegurado fuera de Mánchester, más concretamente en Juventus de Turín. Los demás. Estarán en lista de espera.

Amorim puso el cartel de transferible a más de media docena de futbolistas: Alejandro Garnacho, Marcus Rashford, Anthony, Manuel Ugarte, André Onana, Luke Shaw, Mason Mount, y Rasmus Hojlund. No hay ofertas por ninguno de ellos -al menos ninguna que convenza- y, lo que es peor, algunos se niegan a salir, como el delantero danés.
El salario que muchos perciben no podrían cobrarlo casi en ningún club de la élite, y, por otro lado, la fama de algunos no termina de convencer a potenciales compradores.
Por tanto, en el United la cosa está que arde. Se prometió no un equipo capaz de pelear por la Premier League, pero sí por entrar en Europa. En una palabra: “inversión”. Una que de momento no ha llegado. Por tanto, el Manchester United, un referente del fútbol de Premier, es un polvorín.