Luis Daniel Córdova
Alemania se apunta a la fiesta mundialista. Goleó 6-0 a Eslovaquia, dejando en claro que el debut en estas eliminatorias con derrota ante los eslovacos, fue solo un mal recuerdo.
Alemania no falló en un partido crucial para el devenir de un combinado que había sido muy cuestionado a lo largo de esta fase de clasificación para el Mundial. Pues llegó la Mannschaft y le endosó un imponente 6-0 a una Eslovaquia que, precisamente, le había complicado el camino hacia la cita mundialista venciéndole por 2-0 en la primera jornada del grupo. Algo más de dos meses después, Alemania se vengó gracias a un Sané desatado que selló el billete hacia EEUU, México y Canadá con un doblete (anotó en Luxemburgo) y una asistencia, dejándole claro a Nagelsmann que no puede volver a prescindir de él.

Kimmich, aún sin recuperarse al cien por cien de las molestias de tobillo que le privaron de ser de la partida en Luxemburgo, partió de lateral derecho. La sala de máquinas alemana fue para Pavlovic y Goretzka, dupla del Bayern que movió los hilos de una Mannschaft que voló en los primeros 45 minutos. Un cabezazo de Woltemade a centro de Kimmich hizo justicia en el marcador tras un buen inicio de los locales. Justo después del tanto inicial, Duris desaprovechó dos ocasiones de oro para empatar el duelo, lo que provocó que la tetracampeona del mundo —sobre todo Sané— subiera dos marchas y terminara sentenciando el choque en cuestión de doce minutos de pura pegada. Dos tantos de Sané, ambas veces asistido por Wirtz, y otro de Gnabry dejaron el partido y el billete al Mundial sentenciados antes de lo que nadie hubiera soñado en el Red Bull Arena de Leipzig.
Como era de esperar, Alemania se relajó tras el descanso, pero incluso con el freno de mano echado le dio para cerrar el set ante una indefensa Eslovaquia. Un latigazo de Baku a pase de Gnabry y un golazo de Quedraogo en su debut con la absoluta tras una maravillosa combinación que Sané culminó asistiendo de tacón al joven crack del Leipzig cerraron una noche redonda que maquilló una fase de clasificación irregular por parte de los de Nagelsmann.
