El DERBI en la IDA por CHAMPIONS fue para el ‘HALA MADRID’ con GOLAZOS de RODRYGO y DÍAZ. Palmas para el ATLÉTICO que DESCONTÓ con UNA JOYA de JULIÁN ÁLVAREZ

Por Luis Daniel Córdova

Luis Daniel Córdova

Derbi de golazos en Madrid. Un Clásico apasionante por la ida de Champions League con triunfo por 2-1 del Hala Madrid y la consigna de asegurar dentro de una semana la clasificación en el Stadium Metropolitano.

De entrada, a los 4 minutos, Real Madrid abrió el marcador, iniciándose con un servicio de Federico Valverde para Rodrygo, el brasileño amagó una y otra vez por derecha para eludir a Galán y sacar un zurdado inatajable. Golazo. El partido se tornaba abierto.

Como era de esperar, el Metropolitano dictará sentencia en una eliminatoria igualadísima, cerrada, que domina de momento el Real Madrid por el talento individual de dos de sus jugadores y porque conoce la Champions como el pasillo de su casa. Rodrygo y Brahim corrieron y marcaron las diferencias que no establecieron Mbappé y Vinicius, bien contenidos por un Atlético notable. Los rojiblancos se agarran al gran valor del bloque y a la mística de su estadio para definir el pase a cuartos. A eso y, claro, al talento descomunal de Julián Álvarez, que firmó un gol al alcance de muy pocos futbolistas en el planeta.

Lo que hizo la Araña Julián Álvarez fue determinante. Puso en las cuerdas al Madrid, porque le ganó el balón a Camavinga y su remate hizo una rosca inatajable para Cortuois. Golazo a los 32 minutos, de un Derbi que ya tenía goles para el aplauso y jugadores con el objetivo del arco rival.

Atlético se replegaba en torno al área, a buscar la velocidad por los costados y hasta a descansar con balón. Se hizo fuerte en el mediocampo con Rodrigo De Paul. Tiene personalidad el colchonero incluso para reponerse a un inicio desfavorable y volcánico, lo que habla muy bien del cuadro rojiblanco del Cholo Simeone.

Vinicius amenazó en una colada por izquierda, y Mbappé… Nada. Como en Sevilla, impreciso y ofuscado. Como si con la muela se le hubiera ido también el ángel. El Madrid perdió el hilo del fútbol y lo recogió Griezmann, que empezó a aparecer por todo el campo para mejorar cada jugada. De repente daba salida en el lateral derecho como aparecía, segundos después en el extremo opuesto, devolviendo una pared. Crecía el Atlético, que no perdía el balón mientras el Madrid no encontraba salida. Vino la paridad contada con Julián Álvarez y al descanso.

El empate reforzó al Atlético, que se apoderó de la pelota y gobernó el partido antes y después del descanso. Mejor colocado, ensanchando el campo y haciendo correr al rival sin oler la bola. Le faltaba al equipo del Cholo algo de claridad en el último pase, de finura en algún control. Un buen centro de Lino al segundo palo encontró a De Paul al otro lado solo, pero se le fue el control. El Bernabéu rumiaba el disgusto, hasta que apareció el despertar madridista.

Un buen servicio de Vinicius al desmarque de Mendy desembocó en Brahim Díaz, que se paró en el área y detuvo el tiempo. Como el Buitre. Controló, toque a un lado, quiebre y remate seco, cruzado, a la red. El estallido del Bernabéu liberó la tensión del madridismo, que se temía lo peor. Golazo. Y un 2-1 para bajar la persiana y decir, que la nueva final en el Metropolitano decidirá el futuro en cuartos de final de dos grandes del fútbol español.