Netflix volvió a llevar a su cartelera una historia de crimen real. Esta vez, se trata de «La enfermera», una miniserie basada en la historia de la asesina Christina Aistrup, la enfermera nocturna que mató a tres pacientes de un hospital en Dinamarca inyectándoles morfina y diazepam.
La producción vio la luz el pasado 27 de abril de 2023, y ya se posiciona como una de las más buscadas dentro de la famosa plataforma de streaming. No obstante, vale resaltar cuáles son los detalles de la historia verdadera de Aistrup, quien actualmente continúa cumpliendo condena en prisión.
Netflix: ¿Cómo surgió «La enfermera»?
La mayoría de los detalles que se muestran en «La enfermera» son interpretados de forma fiel a los hechos reales, y están basados en el libro hómonimo de Kristian Corfixen, donde se expuso el caso. No obstante, el éxito de la producción dentro de Netflix se debe en gran parte a la interpretación de los actores Josephine Park, Fanny Louise Bernth, Peter Zandersen y Amalie Lindegård, así como a la dirección de Kasper Barfoed.
La historia real de Christina Aistrup
El contraste de los hechos ficticios y reales puede hacerse gracias a un artículo de Aural Crave, un medio de comunicación que resume toda cobertura de este caso, expuesto en el año 2016.
Los detalles de las investigaciones sugieren lo siguiente:
- Christina Aistrup Hansen fue arrestada en 2016 por la muerte de tres pacientes en el Hospital Nykøbing Falster en Dinamarca
- Los asesinados fueron un hombre de 72 años que falleció en 2012 y dos pacientes más, una mujer de 86 años y un hombre de 66 años, que fallecieron el mismo día 28 de febrero de 2015
- En todos los casos, se encontró en los cuerpos altas dosis de morfina y diazepam
- Una de sus colegas, Pernille Larsen, fue quien sospechó de ella y junto a su novio, el Dr. Niels Lunden, alertó a la policía
- La enfermera se hizo famosa en Dinamarca como el “Diablo de la Muerte”. La condenaron a cadena perpetua en 2016 por tres asesinatos y un intento de asesinato (otro paciente sobrevivió ese día 28 de febrero de 2015). La sentencia se redujo a 12 años (hasta 2028) porque no pudo probarse que la morfina y el diazepam fueran la causa directa de la muerte.
- Christina recibió el diagnóstico de trastorno histriónico de la personalidad. Según este diagnóstico, ella drogaba a los pacientes para salvarlos rápidamente después. Excepto que en tres casos de cuatro, no pudo.