Luis Daniel Córdova
Se inició el juicio este 11 de marzo por la muerte de Diego Armando Maradona. Como se recordará, el 25 de noviembre del 2020, el fútbol mundial anunció una noticia trágica para Argentina y los amantes del fútbol.
Diego Armando Maradona había fallecido por un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”. Cuatro años, tres meses y catorce días después el esperado juicio da el pistoletazo de salida. Siete de los ocho profesionales que se encargaron de cuidar del ex del Napoli tras ser operado de la cabeza por un hematoma subdural se someterán a juicio para determinar las responsabilidades de su muerte.
Fernando Burlando, abogado que representa a Dalma y Giannina, hijas de Diego Armando Maradona y Claudia Villafañe, en el juicio por la muerte del astro argentino en 2020, aseguró este martes que fue víctima de “un plan inhumano de resultado eficaz” y que “en cualquier hospital precario le hubieran salvado la vida”. “Fue asesinado”, dictaminó, al detallar cómo fueron los últimos días de Maradona en una vivienda con asistencia médica privada a domicilio, en vez de ser atendido en un hospital.
Burlando fue muy crítico con la actuación de los médicos, asegurando que la decisión de mantenerlo en un domicilio particular “fue llevada a cabo contra todo sentido común, bajo engaño de la familia, sin el consentimiento expreso del paciente que en ningún momento expresó su voluntad de no ser atendido en un centro médico”.
“Desafiaron todos los códigos éticos y desafiaron la ley”, argumentó el abogado. También expresó que fue “una conjunción diabólica” y que “tanta gente no se puede equivocar y empujar a la muerte a una persona de esta manera”. Según el abogado, si hubieran llevado a Maradona a una clínica “le salvaban la vida”, pero “no querían hacerlo” porque “ese era su deseo, quitarle la vida”. “Fueron inhumanos e indolentes”, concluyó el abogado.
Leopoldo Luque (neurocirujano), Agustina Cosachov (psiquiatra), Ricardo Almirón (enfermero), Carlos Díaz (psicólogo), Mariano Perroni (jefe de los enfermeros), Pedro Pablo Di Spagna (médico clínico) y Nancy Edith Forlini (médica coordinadora de la prepaga) son acusados de “homicidio simple con dolo eventual”, es decir, no de tener la voluntad de matar a Maradona, sino de ser conscientes de que su inacción podía acabar teniendo ese desenlace. El equipo médico habría sabido que su vida estaba en una situación de serio peligro y no habrían hecho nada por evitarlo.
Se expondrán a las graves acusaciones de unos fiscales que aseguraron que hubo omisiones graves que lo dejaron en una “situación de desamparo”, sin recibir la atención médica necesaria. Las evidencias eran la casa donde estaba alojado, que no era la de una internación domiciliaria, y los chats entre los médicos donde se expresaban mensajes como“se va a morir”, “acomodemos la historia clínica”, o “podemos perder la matrícula y terminar en cana”.
La única persona del servicio médico que estará ausente es Dahiana Madrid (enfermera). Su proceso judicial tendrá lugar en julio, ya que pidió un juicio por jurados. El juicio constará de 120 testigos: Los hijos de Maradona, Claudia Villafañe, Matías Morla, peritos, médicos, periodistas y amigos.