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REAL MADRID perdió su SEGUNDO DUELO de TEMPORADA ante LIVERPOOL. Golero COURTOIS evitó el PAPELÓN en ANFIELD

Luis Daniel Córdova

En el fútbol como en la vida los milagros existen, pero no son infinitos. Y eso lo tiene claro Real Madrid que tuvo en las manos de Courtois la ocasión de dar el golpe en Anfield, pero no le alcanzó. Es que a los 61 minutos el testazo de Mac Allister tras un servicio de Szoboslai se metió en el arco merengue.

Fue 1-0 para Los Reds, en un partido donde los ingleses ejercieron intensidad, organización, fútbol y despliegue en varios sectores del campo de juego, en una Champions que lo tuvo de protagonista. Y donde Courtois sacó media docena de goles, sin exagerar en el comentario. Dos a Szoboslai, uno a Mac Allister, uno a Van Dijk, otro a Ekitiké y el último a Gakpo. Remates claros, a bocajarro. El belga no pudo sacarlo todo, y el equipo le devolvió poco o nada. Un disparo de Bellingham, algo de Mbappé y poco más. Ni atacó bien ni defendió con orden, de nuevo con Huijsen y Camavinga desnortados. Al entrenador le toca volver a pegar los pedacitos del equipo blanco, que se quedó corto en Anfield.

Xabi Alonso hizo lo que se esperaba. Repitió el dibujo del Clásico, con Camavinga en el extremo derecho. Con esa posición desbloqueada, el Madrid saltó a Anfield cerrando líneas y confiando en la BMV para aprovechar las salidas a campo abierto. De inicio sólo salió lo primero, porque el Liverpool agobió con su presión pero no encontró vías para entrar en el área blanca.

No estaba Isak, el fichaje récord de la temporada, pero estaban Ekitike y Wirtz (220 millones entre ambos el pasado verano) junto a Salah en la lujosa línea de ataque ‘red’. Slot busca cómo hacer hueco al alemán sin sacar de la ecuación a Szoboslai, que está siendo el hombre de la temporada. No estaba el húngaro en la final de París, cuando Courtois se convirtió en el monstruo del Liverpool. 

El caso es que el Madrid se desperezó por el sector izquierdo, con Vini tanteando al joven Bradley. Pronto vio que era un hueso. De hecho, en una pérdida tuvo que perseguir Vini y vio la amarilla. Encontró una ocasión para correr en una salida de Bellingham, apertura a Vini, dejada de Jude Bellingham y tiro de Mbappé a las nubes. El caso es que el Madrid alargó las posesiones para enfriar el ambiente, pero le costó mantener el control. Huijsen, poco preciso, sirvió la ocasión a Wirtz al intentar retrasar. El alemán sirvió a Szoboslai, mano a mano, y Courtois sacó con el pie el gol cantado. El primero. Imponente.

La ocasión, clamorosa, envalentonó a todo Anfield. Apareció Ekitike, gobernó Gravenberch, se asomó Mac Allister… Taponó un disparo Tchouaméni y Kóvacs pitó mano del francés. Era dentro del área, pero el VAR estimó que la mano estaba pegada al brazo. Desde la misma posición insistió Szoboslai una vez. Dos. En ambas respondió Courtois, la segunda con una parada extraordinaria. La segunda. Eso sí, el Madrid despidió el primer acto con una buena incursión de Bellingham, desviada por Mamardashvili. Su única intervención en 45 minutos de juego.

Movió Xabi a Camavinga al medio y volcó a Arda a la derecha en el segundo tiempo, pero quien volvió a reclamar lo focos fue el inevitable Courtois. Sacó primero un cabezazo a bocajarro a Van Dijk, y en el córner siguiente otro a Ekitike. Tercera y cuarta paradas de Thibaut. La serie acabó con otro remate del ariete francés, junto al palo. Atestiguó que el Madrid volvía al derbi, o sea, a la debilidad en el juego aéreo.

Después del gol de Mac Allister, se estimuló el Madrid que buscó el empate. Entró Rodrygo por un desafortunado Camavinga, ni en derecha ni en el centro. Se instaló en campo ajeno, y alguna llegada potable generó. Sobre todo una incursión de Vini con centro atrás que Mbappé remató de primeras. El balón se fue abriendo y se marchó fuera. Con todo, la más clara fue del Liverpool con una llegada de Salah, centro al medio, remate de Gakpo a bocajarro y paradón de Courtois. Salvó también Militao en el rechace.

Fue lo último destacado de la segunda derrota del Real Madrid en la temporada. Justa y merecida. Tiene delantero y tiene portero. Entre ellos, en los partidos grandes, le falta personalidad y fútbol. Bastante fútbol.

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