Luis Daniel Córdova
Arrollador y líder imparable. Así está Real Madrid que se mantiene en la curva ascendente. Pisando fuerte y mirando a los rivales de turno desde la cima de la Liga. Goleó 4-0 al Valencia con Jude Bellingham dirigiendo los hilos futbolísticos y Kylián Mbappé sacando brillo a su Bota de Oro bien ganada. Valencia justificó su pésimo momento, en el fondo de la tabla. Nunca atacó, ni defendió bien. Fue uno más del momento. Un desastre.
Fue la noche del perdón para Vinicius. Porque arrancó de titular, jugó como le pide su entrenador, y aunque tuvo el ramalazo de ego al agarrar el balón para tirar el penal pese a que había marcado Mbappé, se ajustó a lo que se espera de un compañero. Repartiendo el balón y aceptando su sustitución cuando lo decidió el entrenador. Sin una mueca. Ese es el camino.
Empezó a fluir el Madrid. Primero con Arda, que flotó a las espaldas de Mbappé. Después con Bellingham, que Zidaneó como antes de la lesión. El inglés crece con cada partido, y si ante el Barça brilló como enganche, frente al Valencia fue el todocampista capaz de crear y robar. Así llegó el segundo, con Arda descolgándose por el interior zurdo, con el inglés leyendo el hueco para darle el pase, con el turco buscando a su socio con un centro templado y con Mbappé colocando un pase a la red con la zurda. Doblete del francés en 31 minutos de juego.
Al Valencia le costaba contener las llegadas blancas porque perdía todos los duelos. Es un equipo mustio, alicaído, superado. Lo demostró Thierry, que entró a destiempo a Carreras y regaló el segundo penalti de la noche. Clarísimo. Agarró la pelota Vinicius para tirar el penal y Mbappé no opuso resistencia. Tampoco era cuestión de montar el numerito. 43 minutos, Tiró Vini duro, al centro, regalando la parada a Agirrezabala. Eso sí, para la segunda, al rechace que recogió Güler, tuvo que tirar de muelles para sacar el gol. Mucho mérito para el meta.

Quedaba el cierre a la noche, que corrió por cuenta de Carreras. El lateral, que tiene alma de extremo, se contiene más de la cuenta con Vini por delante. Sin él en el campo acompañó la incursión de Rodrygo, recogió el rechace y colocó un zurdazo explosivo en la escuadra. Gol extraordinario, como el que estuvo a punto de firmar Javi Guerra sobre la hora. Con la derecha y desde la derecha, metiendo rosca, superó a Courtois, pero el palo escupió el golazo. Un 4-0 lapidario para seguir siendo el Rey de España: Hala Madrid.
