Luis Daniel Córdova / Enviado Especial Estados Unidos
La molestia de Lionel Messi tras la paridad ante Palmeiras era elocuente en el Hark Rock de Miami. El Diez argentino sabía que en ocho minutos el ‘Verdao’ había liquidado las cosas y los sueños del Inter Miami. Era el 2-2 que lo mandaba a una muerte anunciada. Las ‘Garzas’ se ubicaban segundos en su grupo y se cruzaban con PSG, algo que el propio jugador argentino quería evitar. Lionel sabía que era más complicado jugar ante el campeón de Champions League o el brasileño Botafogo.
Lo prevesible sucedió en el Mercedes Benz Arena de Atlanta y por eso, la bronca y molestia de Lionel Messi junto a Luis Suárez. Paris Saint-Germain logró la clasificación para cuartos de final ante un Inter de Miami que fue un auto tico, contra un fórmula uno. Un muñeco de plástico para los de Luis Enrique en la primera parte y que mejoró en la segunda… pero con 4-0 ya en el marcador a los 45 minutos, era una quimera, algo imposible que Lionel Messi le gane solo al campeón de Champions League. Buen torneo del equipo de Messi… pero el dominio del PSG fue casi indecente.
Hasta ahora me sigo preguntando, que hace Javier Mascherano como técnico. El ex Barcelona, no es un estratega para brillar. Es para cumplir y ahí nomás. El propio DT argentino puso el parche en el inicio del torneo tras igualar con Al Ahly. ¨No estamos en el nivel de otros equipos de Europa¨.
Además, David Beckham se equivoca también en darle tamaña responsabilidad para el Mundial de Clubes y lo peor, no traer mejores refuerzos para rodear a Lionel Messi. Teniendo al Diez argentino como arma fundamental, debió buscar mejores jugadores para hacer una estructura de equipo más sólida.
Por ejemplo en el sector defensivo. Maximiliano Falcón nunca fue líder desde el fondo, podrá ser un jugador cumplidor en Colo Colo de Chile, pero hasta ahí nomás. Nunca pudo frenar la velocidad del equipo parisino. Esa zaga central dejó demasiadas dudas y errores en marca. Las bandas ni que decir, una puerta abierta para los ataques parisinos.
En la medular, la lentitud en marca es elocuente. No es el mismo Redondo que jugaba en Argentinos Juniors, ha bajado mucho su reacción, marca y velocidad. Sergio Busquest y Jori Alba podrán jugar en la MLS, pero hasta ahí nomás. Ya no están para las grandes competiciones.
Nunca hubo marca en el mediocampo y errores infantiles en salida para dejar solo frente al rival al golero Oscar Ustari, lo mejor del fondo de Las Garzas.
Por último, nunca hay un socio en la medular para la gestación y compañia de Lionel Messi. Mientras el argentino habla con buen toque de balón, le tiran una roca de servicio. Es decir. Terrible.
El Diez argentino buscaba sociedades para llegar al arco rival, pero no encontró mucha compañía, hasta Luis Suárez estuvo peleado con él mismo y la impotencia de no poder romper el cerco parisino. Una derrota dura que duele en la historia del Inter Miami y el propio Lionel Messi, que vieron una terrible realidad. La MLS todavía está muy lejos de los clubes europeos.
Los parisinos sigue vivo en este Mundial de Clubes mandando el mensaje de que es serio candidato para llevarse el título (y la millonada que ofrece la FIFA). Van por el cuadro del Real Madrid, pero antes de pensar en semifinales tendrán que medirse al ganador del Flamengo-Bayern de Múnich.
El abrazo y consuelo de Donnaruma a Lionel Messi tras la goleada recibida.