Luis Daniel Córdova
La FIFA no quiere dejar nada al azar antes del inicio del Mundial de Clubes que se jugará en Estados Unidos el 2025. Por tanto, anunció la pasada semana que abrirá una ventana extra de fichajes para el nuevo y ampliado torneo mundial. Discurrirá del 1 al 10 de junio, unos días antes de que arranque la cita con 32 equipos que supone toda una revolución en el calendario. El objetivo de este movimiento es permitir que los equipos que se refuercen puedan inscribir a los fichajes en sus federaciones en forma y regla, de tal manera que estén aptos para jugar el torneo.
Al mismo tiempo, la FIFA invita a quienes concluyan su contrato el 30 de junio a que lleguen a acuerdos -aunque sean cortos- para poder empezar y terminar la competición. El último día de junio es la fecha en la que suelen concluir las vinculaciones entre clubes y futbolistas. El Mundial la rebasa, pues discurrirá del 15 de junio al 13 de julio. Ya ocurrió en la Champions de la pandemia. Los protagonistas tuvieron que acordar renovaciones ‘exprés’ para poder seguir jugando en julio.
El hecho de que se abra una ventana nueva da pie a que los clubes puedan fichar futbolistas para que disputen el Mundial desde el principio o, en caso de que sean contratos que arrancan el 1 de julio, desde la segunda fase del mismo. Incluso puede darse el caso de que haya acuerdos desde el 1 de junio, en vez del 1 de julio, con motivo del Mundial. Lo que no será posible -y así lo recogerá el reglamento de la competición- es que un jugador que inicie el Mundial con un conjunto lo acabe con otro.
Da igual que por contrato fuera posible; las leyes del torneo no lo permitirán. No podrá estar inscrito en dos federaciones a la vez. O una u otra. Esto evitará casos sonados: futbolistas que concluyan su vinculación con un equipo y que pudieran seguir en el torneo con otro nuevo con el que firmen. Es el caso de Alphonso Davies, por ejemplo, que parece atado por el Madrid en cuanto salga del Bayern.
Un ejemplo más real y palpable que se pone sobre la mesa es el de Mbappé. El curso pasado, el francés terminó contrato con el PSG el 30 de junio y el 1 de julio ya era futbolista del Madrid. De haber Mundial y no impedirse esta circunstancia, podría darse el caso de empezar el torneo con los parisinos y acabarlo con los madridistas.
La FIFA sabe que este condicionante puede alterar el curso natural de la competición y por ello se aclara de antemano: un jugador que empiece el Mundial con un conjunto no podrá acabarlo con otro.