Luis Daniel Córdova
Lamine Yamal dibuja y Raphinha define. Duo dinámico del Barcelona para golear 3-1 al Benfica y clasificar a los cuartos de final de la Champions League. Recital de Pedri en el mediocampo, la magia de Yamal y la efectividad para el doblete de Raphinha. Los de Hansi Flick rinden homenaje a lo grande a su médico con un partido de diez puntos.
Después del golpe recibido por la muerte del doctor Miñarro existía la duda de como afrontaría el Barcelona un partido tan importante como el que le podía valer el pase a los cuartos de final. Si el ánimo y la tristeza podría dejar huellas en el alma y hacer peligrar el triunfo. Después del minuto de silencio, los jugadores culés entendieron que el mejor regalo, era ganar o ganar
Barcelona fue inalcanzable para un Benfica valiente, pero claramente inferior a un Barça que llegó a los cuartos de final ganando 3-1 en un partido en el que reinó Pedri, ejecutó Raphinha y Lamine asombró. Ante eso, poca cosa puede hacer el rival.
Araújo por el sancionado Cubarsí y Dani Olmo como tercer centrocampista. Bruno Lage no podía quejarse de ninguna sorpresa por parte de su colega alemán. La alineación estaba telegrafiada. Tampoco sorprendió demasiado el portugués, que cubrió la baja de Carreras y le faltó tiempo para volver a poner en el centro del campo a Florentino Luis, que salía de una lesión y que se le había reservado para esta ocasión.
Como novedad se puede decir que en esta ocasión, a diferencia de los dos encuentros anteriores, el Barcelona no vivió ninguna situación de peligro nada más iniciarse el partido. Es más, los blaugrana salieron muy intensos y sometieron a los portugueses bajo la dirección de un Pedri excelso de nuevo que supo leer que el peligro tenía que llegar por la banda de Lamine Yamal, que esta vez no tenía a Álvaro Carreras como oponente.
Y así empezaron a llegar los goles. A los 11′, Yamal para Raphinha. Dos minutos después la respuesta portuguesa através de Nicolás Otamendi. El 1-1 en 13 minutos de juego hacia presagiar un duelo de arco a arco.
Volvió a avisar Lamine, Olmo aparecía en la frontal y Lewandowski amenazaba, pero estaba torpón en la resolución. Pero al final, una genialidad de Lamine Yamal, que marcó un golazo descomunal tras salvar un balón que se iba fuera de banda, superar a par y colocar la pelota mansa fuera del alcance de Trubin dejó claro quien mandaba en Montjuïc. El 2-1 era para pisar fuerte pero habia que asegurar la clasificación.
Tanto, que al filo del descanso, Balde descosió al Benfica en un contragolpe para cederla a Raphinha antes de que llegara Otamendi a la marca. La pelota llegó a Raphinha que anotó el 3-1 con el que acabó la primera parte y coronaba al brasileño como el máximo goleador de la competición.
Al Benfica no le quedaba otra que salir en la segunda parte en busca de la puerta grande y esperar que el Barcelona le ofreciera un partido de ida y vuelta en el que pudiera pasar cualquier cosa. Pero el Barça no cayó en la trampa. Flick ordenó poner la reductora y el partido cayó en cómodo Barcelona para archivar el partido y a esperar el rival de cuartos y luego al Atlético.