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CHELSEA CAMPEÓN DEL MUNDIAL DE CLUBES tras gran exhibición TÁCTICA de MARESCA y DOBLETE de PALMER ante un DESPINTADO PSG

Luis Daniel Córdova

Sorpresa, paliza, contundecia y decepción francesa. El 3-0 inglés, llámelo como quiera, pero Chelsea es el merecidísimamente el primer campeón Mundial de Clubes, por muchas razones más allá del juego y la contundencia en New Jersey.

Primero, por tener un técnico como Enzo Maresca, que le ganó desde lo táctico a Luis Enrique por orden defensivo. La marca de Moisés Caicedo, calidad y juego por las bandas, por la magia de Cole Palmer y gran olfato goleador de Joao Pedro. Ingredientes perfectos para una fiesta inglesa inolvidable.

Impecable lo de Chelsea en esta final de los 40 millones de dólares, porque desapareció al PSG desde el primer tiempo. Maresca agarró la pizarra desde el principio y le dio un baño táctico a Luis Enrique. El Chelsea salió con defensa de tres, pobló físicamente el centro del campo (Caicedo-Reece James) y dejó espacios para correr en ataque. 

En líneas generales, Chelsea, lo sometió por el buen trabajo colectivo y seguridad del golero Robert Sánchez, con servicios de larga distancia para buscar las bandas donde Malo Gusto tuvo a maltraer a Nuno Mendes. Chelsea lo desapareció a los franceses por los extremos, permitió en muchos pasajes, dejar solo a Cole Palmer para colocar dos balones lejos de Donnarumma. Dos golazos. Un doblete justo a los 22 y 30 minutos. Ocho minutos necesitó el talento inglés, para desbaratar el esquema tan aplaudido de Luis Enrique en todo el Mundial de Clubes.

El 3-0 ni que decirlo, inspiración de Cole Palmer en profundidad para Joao Pedro a los 43 minutos y el brasileño colocó el balón por encima del cuerpo de Donnarumma. Un golazo del ex goleador de Fluminense, que veraneaba en Brasil y lo llamaron para reforzar al ‘Blue’, colocando su nombre de campeón del mundo con letras de oro en la final. En PSG, desapareció Doué, Dembélé, Vitinha y el sextete de Luis Enrique se fue alejando de las manos.

En el complemento y herido en su orgullo, Luis Enrique y sus muchachos salieron menos timoratos, con intensidad y mayor actitud. Sin embargo, se encontraron con el golero Robert Sánchez y la solidez defensiva para desbaratar cualquier intento francés. Muy prolijo Chelsea, le cedió el balón unos minutos a PSG, pero no pudo descontar. Y el correr de los minutos, el tiempo, fue su gran enemigo. Hizo que Chelsea, busque la contra y casi pudo aumentar Delap pero lo impidió Donnarumma.

El choque hasta se ensució en alguna acción, siempre con Cucurella de por medio (jugador poco querido por las aficiones rivales). Así llegó la roja a Joao Neves en el 85′ por un tirón de pelos a la ‘melenaza’ del español.

Y no hubo mucho más en una final que estaba prácticamente acabada con los dos goles de Palmer a la media hora. Y ojo a este Chelsea que, amén de toda la artillería que ha mostrado hoy, se viene una delantera gigante con el inglés Gittens (fichado del Dortmund), el brasileño Estevao (Palmeiras), y el propio Joao Pedro, autor del tercer gol y jugador para una década. 

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