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Barcelona triste por el fallecimiento de Johan Neeskens, socio de Johan Cruyff y el ‘Cholo’ Sotil en el Barza histórico del fútbol español

Luis Daniel Córdova

Barcelona está triste. Y es que otra de sus estrellas: Johan Neeskens, dejó de existir a los 73 años de manera repentina en Argelia donde participaba en un acto en representación de su Federación de Fútbol de los Países Bajos en un encuentro de entrenadores.

Neeskens, de 73 años, fue un ídolo en el Ajax, en la selección ‘Naranja Mecánica’ de Holanda con la que quedó subcampeón del mundo en dos ocasiones, y en el FC Barcelona. Jugó de azulgrana desde 1974 a 1979 cautivando a la grada por su juego de pundonor, garra y despliegue físico. Cuando Núñez, tras ganar la Recopa de Basilea en 1979, decretó su despido para fichar a Alan Simonsen (sólo se permitían dos extranjeros por equipo y el otro era Hansi Krankl), su nombre se convirtió en el primer lema anti Núñez. El gritó “Neeskens sí, Núñez no” fue de los más coreados en la multitudinaria celebración del título en la Plaça de Sant Jaume y luego atronó en el estadio durante temporadas. Así fue recordado por el As de España.

Neeskens, que en Barcelona fue conocido por la prensa y la afición como Johan II porque su aterrizaje siguió al de Johan Cruyff, llegó al Barcelona después de que el equipo azulgrana ganara la Liga 73-74 después de 14 años de sequía.

La pareja Cruyff-Sotil en ataque fue determinante en la conquista de ese título, pero la llegada de Neeskens truncó el binomio. La plaza de extranjero se la quedó el nuevo holandés mientras al peruano Hugo Cholo Sotil le relegaron a la espera de que le llegara la condición de oriundo o que fuera nacionalizado. Algo que no ocurrió y que sumió al peruano en una depresión.

A pesar de este capítulo, Neeskens conquistó enseguida el corazón de los barcelonistas. Sus tobilleras blancas, sus patillas, su melena rubia y su potente disparo fueron suficiente para que el público lo adorara. Su manera de tirar los penales era especial. Nada de Panenka o paradinha. Neeskens tomaba diez metros y fusilaba al portero de manera inapelable por el centro mismo de la portería a base de cañonazos. Marcó 35 goles en 140 partidos.

Tras dejar el Barça, jugó en Estados Unidos, Holanda y Suiza antes de retirarse. Regresó al Barcelona en 2006, donde fue durante dos años asistente de Frank Rijkaard del 2006 al 2008.

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