Luis Daniel Córdova
Atlético Madrid estuvo a punto de hacer el PAPELÓN del año en la Copa del Rey. El equipo del «Cholo» Simeone no podía ganarle al Vic de la 6ta división de la Liga de España hasta los 80′ de juego. Tuvo que haber una expulsión a los 80′ de Alfons Senye para cristalizarle el panorama que pintaba para una gran VERGÜENZA . Hasta que apareció un penal y un gol del argentino Julián Álvarez para decidir el futuro ‘colchonero’.
La abismal diferencia de categoría no evita que el Atlético firme otro bochorno y que el Vic mantenga las tablas hasta un tramo final. Angustiante para los hinchas del Atléti que estaban por hacer el ridículo. En Champions contra un rival potente o en Copa contra un sexta división, no hay manera de que los tipos que llevan ese escudo lo honren. De hecho, con excepciones que confirman la regla, ni siquiera honran a la profesión: eso no es fútbol.
Ganó el Atlético y está clasificado, sólo faltaba, porque 80 minutos después pudo marcar por fin. De penal, que otra manera no había. Bertrana derribó a Giuliano, o eso le pareció a Cuadra en acción que además supuso la segunda tarjeta de Senyé, y Julián hizo efectivo el penal.
El cuadro de Simeone fue incapaz de mover el juego con fluidez. Podría ponerse como excusa un once con los menos habituales (en todo caso plagado de internacionales), podría ponerse como excusa el césped artificial, podría ponerse como excusa el jarabe de palo que recetaba el Vic a la que perdiera cualquier referencia… podría ponerse cualquier excusa pero el Atlético no puede ofrecer un bochorno como el del Hipòlit Plànas. No hay duda, fueron 80 minutos de vergüenza.