Luis Daniel Córdova
Los resultados del líder Barcelona y Real Madrid, acompañaron al Atlético para resucitar en Sevilla. La victoria, con más oscuros que claros, son tres puntos que encajan e ilusionan al pueblo ‘colchonero’ que con 60 puntos, se pone a tres de los merengues y siete del Barza a falta de ocho jornadas por jugarse.
Le costó, sin embargo al Atlético porque recibió un ‘cachetazo’ a los 7 minutos de Agoumé. El Atleti estuvo un rato largo en la lona antes de levantarse. Y fue a los 25 minutos, un penal de Julián Álvarez que empezó a gestar la ilusión de la remontada.
El argentino lo disparó con frialdad y determinación, antes de soltar un balazo. A Nyland lo batió con un disparo por bajo, que golpeó con el interior y a engañar. 1-1. El Sevilla recibió el plomo dominando de nuevo a ese equipo hecho un guiñapo, bloqueado y muerto, incapaz de dar dos pases seguidos. Reclamó un penal de Oblak cuando el portero derribó a Akor, en una jugada en la que Le Normand salvó en la línea. Azpilicueta, que sujetaba con veteranía a Lukebakio desde el lateral zurdo, y Llorente y Gallagher, porque corrían mucho, eran los únicos jugadores del Cholo que podían salvarse. Los demás, un cuadro. Nahuel en especial: empieza a resultar insultante.
Tras el descanso Sevilla seguía buscando y Atlético se defendía para dar el golpe de gracia, teniendo mayor posesión de balón y siendo un cuadro vertical, con el objetivo puesto en el triunfo. Con la salida de Koke, el Atleti tenía más presencia, jugaba más alto, pero a Gallagher le pesaban las piernas y erraba en los últimos metros. Con el final abocado a las tablas, en el descuento volvió a suceder: un rojiblanco conduce, llega al área y dispara con la zurda a matar. Gol. De un rojiblanco de apellido Barrios y al Atleti ya le tocaba volver a sonreír.